viernes, 19 de diciembre de 2014

Ellas tienen la palabra: El sacrificio silencioso de las esposas de los futbolistas



Mientras todo el mundo se llena la boca en los diferentes medios de comunicación; televisión, radio y en los periódicos hablando del famoso futbolista, poniéndolos a veces en la punta de la ola y otras sumergiéndolos en ella, endiosándolo o destrozándolo, protegiéndolo, nadie absolutamente nadie repara en que detrás de cada uno de ellos existe una esposa, una mujer, una novia o una compañera de vida que acompaña en silencio y que apoya incondicionalmente.

La esposa o compañera del futbolista es aquella que sufre sin demostrarlo, que cree y empuja cuando nadie lo hace, que posterga lo propio, por ir detrás de lo de su pareja, su profesión, sus sueño, sus ilusiones y desafíos, juegan de suplente por un tiempo prolongado.
La mujer del jugador resiste críticas periodísticas constructivas y de las otras, sin poder tener jamás derecho a réplica, sólo tienen una opción, la de soportar.
“Pienso que la mujer de un jugador deja atrás una vida por seguir a su esposo, deja atrás familias, sueños, amigos, su tierra, su gente, además de que sufre desde afuera de la cancha escuchando como algunos no valoran el esfuerzo de ellos y en muchas ocasiones tenemos que escuchar palabras agresivas hacia ellos”, menciona Paola Mendoza, esposa del central de Petrolero.
En muchos casos la carrera es tan vertiginosa y dinámica que no da tiempo de familiarizarse con un sitio, con un ciudad, cuando comienzas a sentirte cómodo con la chance que el futbol te otorgo es hora nuevamente de emigrar.
“Cuando nosotras como mujeres tomamos la decisión de estar con ellos, sabemos que nos toca vivir la vida de ellos y dejar a un lado la de nosotras, es muy difícil, en mi caso deje mi país, tuve que cambiar mis costumbres, pero es un sacrificio de amor”, apunta por su lado, la colombiana, Vanesa Caicedo, mujer del delantero de Petrolero, Jeison Quiñones.
Esas acompañantes de hierro toleran sentadas en una platea que cualquiera sienta el derecho de gritar a su esposo o lo que es peor aún, que lo ironicen con él o que se rían, hay que tener mucha personalidad para no reaccionar y hacer como si nada pasara.
Las mujeres de los futbolistas arriesgan todo por el algo ajeno, sabiendo que quizás no consigan recompensa alguna.
Mujeres que casi nunca se priorizaron, que le quedaron cuentas pendientes, que no tuvieron luz propia o que relegaron lo que a ellas les apasiona, postergando lo que desearían ser o hacer, por ir detrás de algo o de alguien que nadie tiene certeza que rumbo tomará.
“Dejamos muchas cosas, sueños, metas por cumplir, amigos, inclusive a la familia, por otro lado tenemos que soportar muchas cosas, como cuando la dirigencia, periodistas y hasta la misma hinchada los critica, la única opción que tenemos es aguantar, porque la gente no piensa que detrás de ellos hay familias, hoy estamos aquí y mañana no sabemos, porque con ese trabajo lo único que sabemos es que tenemos que ir detrás de ellos, ya que decidimos compartir nuestras vidas”, añadió Karina Sanguino, esposa del colombiano, Camilo Ríos.
Estas mujeres saben que después de haber perdido o jugado mal no es un buen momento para plantear ninguna situación de resolver, saben también que será una noche silenciosa donde conciliar el sueño no será algo sencillo.
“Es bonito vivir con ellos, porque conoces a personas valiosas, pero también tenemos que aguantar muchas cosas, sufrir con ellos y prácticamente vivir la vida de ellos, muchas veces nos toca inclusive pasar un aniversario o cumpleaños solas, también es complicado, porque sabemos que cuando ellos pierdes o les va mal, tenemos que hacer de psicólogas y por si fuera poco este trabajo no es para toda la vida, y no sabemos con exactitud qué día tendrán que dejarlo”, remarcó, Carla Cooper, mujer del volante del equipo del Chaco, Marco Andia.
Viven una vida diferente, viven la vida de otra persona de la que siguen quizás para toda la vida, pero lo hacen con la frente en alto.
“No siento que haya dejado mi vida de un lado, uno de mis sueños, era formar una familia al lado de David, el amor no sólo se trata de sentimientos, sino también de muchas decisiones y siempre tratar de lograr un equilibrio en la vida de ambos, construyendo un lindo futuro, debemos estar siempre listas para los cambios y adaptar a los hijos, son pequeños sacrificios que te ayudan a crecer como persona y pareja nada que no valga la pena hacer”, indica, Carmen Arguedas, esposa del director técnico de Petrolero, David de la Torre.

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